Este escrito fue extraído de redargenta.com.ar y se refiere específicamente al Diseño Gráfico, peor la leero, vi que puede entenderse perfectamente con respecto a los que nos sucede a nosotros también... aquí se los dejo para que opinen:
La educación del diseño
Texto de Jorge Piazza
En cierta ocasión, en plena revisión médica, se me ocurrió preguntarle al doctor cómo era el proceso de aprendizaje por el cual a partir de palpar una zona concreta podían determinar si existía alguna anomalía.
La respuesta fue tan contundente como obvia: siendo aún estudiantes realizan prácticas donde palpan cuerpos tanto de gente sana como de gente con la dolencia determinada.
Indudablemente, la importancia de realizar un diagnóstico acertado amerita el conocer y dominar métodos concretos que permitan arriban a dichos diagnósticos.
El diagnóstico es parte esencial de la medicina al igual que debería serlo del diseño. ¿O será que es realidad que nos dedicamos pura y exclusivamente a un trabajo de embellecimiento superficial?
De no ser así, nuestra capacidad para diagnosticar situaciones de comunicación gráfica debería estar sustentada sobre un aprendizaje que nos permita poder evaluarlas.
El método debería ser la clave, siempre y cuando entendamos por método un camino comprobado a través del conocimiento aportado por sucesivas prácticas anteriores, que nos asegura transitar caminos ciertos (*).
Cuán lejos parece estar lo dicho, cuando la crítica sin sustento es un gran lugar común de nuestra profesión. Sólo basta con que aparezca una nueva pieza comunicacional al mercado para que sea criticada generalmente en forma dura e injustificada, o por lo menos infundada. Tanto los ámbitos universitarios como los profesionales se colman de discusiones absurdas y tristemente improductivas, más emparentadas con una insana envidia que con una actitud de debate constructivo.
Estas actitudes son diametralmente opuestas a lo que debería ser el poder evaluar la eficiencia de esas comunicaciones. Toda institución educativa al describir las incumbencias profesionales del diseñador gráfico menciona la capacidad de evaluar situaciones del mercado. La pregunta necesaria es: ¿alguien de quienes están cursando o ya lo hicieron enfrentó esta situación? ¿Alguien aprendió qué palpar? ¿Alguien sabe dónde poner el dedo para saber si un ganglio está inflamado o estamos en presencia de un tumor?
La actitud docente debe definir y reconstruir un esquema de enseñanza-aprendizaje en el que se precie la importancia del método de trabajo desarrollado, tanto como el trabajo final mismo. Por el contrario, la tendencia a enfatizar el rol del diseño sobre lo formal no prepara a los alumnos para resolver comunicaciones eficientes y menos aún a poder evaluarlas.
(*) La palabra método genera un rechazo sistemático en nuestra profesión. Quizás ese rechazo sea producto de no entender el real significado de la palabra. Pensar que la aplicación de un método conduce indefectiblemente a un resultado certero, algo así como asegurar que cumpliendo ciertas etapas se arriba a un resultado preciso, es no comprender la función de sistematizar los procesos. Existen procesos sistematizados y protocolos en muchas profesiones, sin embargo estos no aseguran resultados. Cualquier cirugía responde a métodos precisos, cualquier tratamiento oncológico respeta protocolos establecidos mundialmente, sin embargo el éxito de la operación o del tratamiento nunca está asegurado. Como en el diseño, el método no conduce a un resultado certero ya que existen muchas variables en el camino. Que cada paciente es un individuo y su organismo no tiene porque responder a un parámetro preestablecido es tan verdadero como que cada cliente o cada producto son distintos. De cualquier manera, esto no habilita a pensar que el diseño es aleatorio.
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